He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

miércoles, mayo 31

El sentido del deber:
el padre.
Nunca estuve tan cansada.
El sentido del deber y la vuelta de saturno desbordando todo.
El sentido del deber ya no tiene el rostro de mi padre
mas
el recuerdo del rostro
que es por definición más brillante y más pesado que su cara.
El sentido del deber en todas partes: nunca estuve tan cansada.

El sentido del deber tocando el deseo, contaminándolo. Deber desear una vida mejor. ¿deber? El sentido del deber tocando el deseo, lo ensucia, una gota de tinta en un papel secante. No es que sea imborrable. La mancha es el papel, ahora.


En el sueño, una balsa, el mar. El mar y atrás un paredón.
Una explosión en el medio del mar. Hablo con alguien que después no está.
Le digo: parece que cae en picada pero se estabiliza.
Describo el movimiento de un avión en el aire. Uno de pasajeros: grandote.
Gira tirabuzón cae, pero cien metros arriba de la superficie
del agua
del mar
se endereza, queda paralelo a la superficie
del agua
del mar.
Cae y explota
sin fuego.
Hay un momento sordo,
como rayo-trueno
primero la imagen, después el ruido, pero
un momento más y pedazos de cosas caen también alrededor. Restos.
Mi balsa es pequeña. Atrás la pared no me deja salir, avanzo.
Remo con las manos, veo una mancha en el agua
naranja rosada, el torso de un hombre que viene desde el fondo
sin cabeza sin brazos solo el torso
hacia mí, lo evito y de pronto el agua es roja, el agua es cuerpos que salen a flotar, pedazos, no hay lugar a dónde ir. Retroceder no, porque hay pared, avanzar no, porque hay muertos y es imposible incluso nadar entre ellos. Ahogada despierto.
Abro los ojos, respiro.
No fue nada,
es solo dolor de cabeza,
mala alimentación. Vuelvo a cerrarlos y estoy en el agua
otra vez el torso sin brazos viniendo
saliendo a flotar
otra vez, hacia mí.

martes, mayo 30

Amenaza
por Denise Levertov
(versión de Jacqui Behrend, gracias Helder)



Podés vivir años al lado
de un gran pino, honrada de tener
tan venerable vecino, aun
cuando eche sus agujas sobre tus flores
o te despierte, tirando grandes piñas
en tu patio en la quietud de la noche.
Sólo cuando, antes del amanecer un año
en el equinoccio vernal, el viento
se levanta y se levanta, trayendo la imagen
de barcos arrojados como cáscaras de nuez entre olas
enormes que avanzan como paredes,
te das cuenta que siempre,
debajo del respeto, debajo de tu fe
en la belleza del pino, yace
el temor de que algún día
llegue a caer sobre tu casa, sobre tu cama,
sobre la fragilidad de la segura
cotidianeidad a la que casi
te has acostumbrado.

sábado, mayo 27


viernes, mayo 26

Quince minutos de sol
incluso debajo de la autopista
los saboreo.
Quisiera
conocer los nombres de los árboles
para decir sus formas
sus colores
en una sola palabra:
gomero
acacia
tilo
palmera
¿y los otros?
Árboles anónimos.

Mi nombre tampoco lo conocen.

miércoles, mayo 24

"Vas a comprar salchichón
y hacés un poema sobre comprar salchichón
o solamente
sobre salchichón.

Eructás y escribís
sobre el eructo

Y no podés hacer un puto poema de amor."

lunes, mayo 22

En casa la tarea es sobre la libertad. Conversen entre todos qué es la libertad. En un libro sobre la cárcel la semana pasada leí, anoté: "un tigre que no tiene la culpa de ser tigre va por las calles y uno teme por sí mismo y por sus hijos".

Caminando el chico me reclama: Los gatos que viven en la calle son más libres. Sí, pero nadie los cuida ni los alimenta. Intento contrarrestar su embestida aunque es evidente que comen, porque están vivos. De hecho algunos mueren pero: a) otros sobreviven y b) todos moriremos.

domingo, mayo 21

(...) la profesionalización a la que tiende el mundo del arte y que tiene sus aspectos buenos, trae también aparejada una especie de orden oficinesco, ¿no es cierto? O sea, el artista es gestor, pero ahora en el sentido de gestor municipal o llenador de formularios, que ahora tampoco se llama formularios sino applications. Yo mismo me encuentro de golpe haciendo cosas así horribles, como llenar esos papeluchos que es lo que más detesto en mi vida, pero parece que ya no se puede vivir en esa otra época en que no había que llenar nada.

(...)Yo sé que es muy anticuado lo que estoy diciendo, pero insisto en eso y pienso que cuánto más nos alejemos de esa bohemia, cuanto más vayamos a esa labor un poco rutinaria de hacer arte y de la forma de vivir y de relacionarse con los artistas, es menos probable que los artistas detenten el poder que es propio de ellos. Es que también, al entrar en uso forzadamente de las prácticas y exigencias del mundo "normal", diurno, secular, se están abandonado mucho más que costumbres licenciosas. Se está perdiendo un elemento de poder del arte, me parece, que es crear formas de vida, formas de mirar muy diferentes al promedio, que se alejan totalmente de lo habitual. Son excepcionalidades, son locuras, son singularidades, son individualidades, son todo lo que aparece cuando no debería aparecer, cuando no hay ninguna razón para que a alguien se le ocurra eso y aparece. Ése es el poder de los artistas. Y más se parece, en cambio, a la obediencia y a la domesticación que finalmente anula el sentido mismo de la esfera artística como espacio imaginario autónomo de la sociedad burguesa; y por lo tanto termina hasta siendo inútil para la propia sociedad burguesa que generó esa esfera autónoma donde se supone que hay una libertad que no se da en las otras partes. Si también esa zona libre, digamos privilegiada, que la burguesía acepta, queda sometida a las prácticas institucionales burocráticas, de buen sentido, "normales", si desparece la "bohemia", la risa, la posibilidad de hacer a la mañana una joya y por la tarde un manifiesto y por la noche una obra colectiva, los valores centrales del "arte", tal como históricamente ha llegado hasta nosotros, se extinguirán.

(Roberto Jacoby, en Liliana Maresca. Documentos)

viernes, mayo 19














martes, mayo 16

Antes de soñar
el hábito
despertó tu pija en mi mano
sangre entre mis piernas
un sueño horrible pero vos ahí
tan blando tan blanco
tan dormido como leche tibia al despertar
el sueño huye a olvidarse
quizá no vuelva.

Es importante que sepas que te amo
ahora
cuando puedo decirlo.

Es importante que lo sepas:
tocarte es miel
ámbar
azúcar y baba
olor ácido
también transpiración
podríamos nadar
romper todos los records con errores de cálculo
quebrar las progresiones
mirarnos como extraños
decirte:
felicidad es que hayas estado ahí
a cada cada cada latido
de tu mano, en mi sueño
felicidad latido
a cada
cada
cada
momento.

viernes, mayo 12

Puedo masticar
puedo hablar,
escuchar cualquiera de mis voces interiores y seguirla.

En la plaza, el cuidador mira,
indolente:
un perro común
quiere subirse a una San Bernardo.
Ella también quisiera, pero él
no alcanza.

Eso jamás me pasaría
(respiro con alivio) —soy coker.

martes, mayo 9















easy again

lunes, mayo 8

Llegando a la oficina, el amigo-compa me increpa, hace gesto de sacar la billetera del bolsillo, dice: ¿querés que te de plata para quitaesmalte? No. Quiero que me des plata para un dentista de verdad, si me vas a ofrecer así.

¿puedo pensar-en, hablar-de otra cosa, cualquier cosa que no sea dolor de muelas, dolor en el maxilar el hueso y la concha de la lora?

Tres consultas en dos semanas. La última una inepta pinchó cinco veces la boca, dos el paladar, tres el nervio. Sepan que parí sin lágrimas pero esta vez lloré.

En el trabajo me río. Leo y me río. Existió el glamour y la gente que dolía de veras, todo el tiempo, como una muela podrida en la conciencia.

[Testimonio de Carlos Belloso, en Te lo juro por Batato:

"(...) Nadie podrá olvidar el homenaje a Niní Marshall. En la primera fila del teatro estaban Carlos Grosso, Julio Bárbaro, Cernadas Lamadrid, Horacio Salas, rodeando a Niní, además de mil personalidades y todos los medios. Había un clima de respeto, casi pesado. Actuaron primero Antonio Gasalla, Cecilia Rosetto, nosotros, hasta que entró Batato y todo el mundo del camarín salió a verlo. Al principio efectuó una danza suave y a la vez espasmódica. En un momento de su concentración comenzó como a centrifugar el escenario y hacía unos movimientos de danza ahora sí perfectos, pero de pronto cortó para decir que iba a recitar un poema escrito especialmente por Alejandro Urdapilleta. Se largó con Sombra de conchas. Había que ver la cara de Carlos Grosso, que se iba hundiendo de a poco en su butaca. Niní Marshall parecía atónita, incluso deslumbrada cuando en un momento la señaló mientras recitaba: 'Y a usted, concha famosa...', Niní se rió a carcajadas. Ya la mitad del público lo quería linchar, pero la otra mitad estaba de pie ovacionándolo, algunos se trenzaron entre ellos, sólo faltaba que todo el mundo atacara a todo el mundo. Batato salió con custodia policial, parecía Jim Morrison..."]

jueves, mayo 4

En la cartera, el kit-desesperación: antibiótico y dos encendedores. La primera anestesia fue un destello, un dolor hasta la madre.

Al tercer día llegan los poemas de la autocompasión, desbarrancan que mejor no saber.

Hoy: dolor grado mil. Zona adormecida, entumecida.

Después de la segunda anestesia fue un latido en el párpado, miedo a caerme de la silla, olor a quemado que ya lo dije y pedazos de diente salpicados sobre la lengua y el paladar.

Hoy, dolor grado mil. La fábrica me espera con sus olores y luces artificiales. Ruido a lavarropas: pasos-teclados-voces-impresoras. Rítmico pero desordenado. Omnipresente en sus cuatro paredes.

El rojo del semáforo todo el día como si nada. Cada ocho horas anestesia física. Dos veces por día, de la otra.

miércoles, mayo 3

Le imprimo al chico lo que me pide. Un cartel que diga NO A LA SOCIEDAD. Me dice que quedó lindo, me pregunta, ¿qué es la sociedad? No estoy preparada para responder. Vuelva mañana. Gracias.

martes, mayo 2

Pizza con ajo y cebolla
vino tinto
caminata y siesta.
En la cama todos
los que somos y los fantasmas.

Esperar que sea de noche
que sea mañana
aunque sea peor, que cambie algo.

(O, para decirlo en palabras de Borges
basta un dolor de muelas
para comprender que Dios no existe)