He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

jueves, diciembre 29


lunes, diciembre 26

-pagar las cuentas
-buscar la carpa
-comprar cuaderno nuevo


No olvidar:

abrelatas
destapador
repelente
protector solar
caladryl
soga
broches
nylon
sedas

(Faltan 71hs con 47 minutos.)

jueves, diciembre 22

Ayer a la tarde en la fiesta de fin de año sirvieron vino tinto y empanadas de carne.
Me dice mordazmente mi amigo A.
—Parece que si Jaim reelige el año que viene van a servir pizza de Uggis, pero sin queso.
El primer vaso es fondo blanco, a ver si el segundo pega. No pega ni el segundo ni el tercero.
Después del cuarto alguien dice "sadjahksdjasdhasd fumar".
—No, no traje —contesto.
—No, digo si querés ir.
—Sí, dale.
(...)
—Me parece que tengo que salir a tomar un poco de aire.
Pero no hay aire en la calle ni en ninguna parte. 35 grados no es un buen pronóstico para descompostura fulminante. Me siento en un escaloncito y tengo un aspecto tal que una señora me ofrece tomar agua de su botella. Le agradezco.
Vuelvo a la oficina y vomito en el baño. Dos veces.

(Lo bueno de darse vuelta el 21 es que difícilmente reincida uno el 24.)

Hoy, resaca considerable. Calor.
Un día largo por delante y un pasaje en la cartera. Para dentro de 7 días.
Veo la luz al final del túnel.

martes, diciembre 20

no no,

si digo: todos vamos a morir alguna vez,

no es que vaya a salir a matarme, no es que vaya a salir a matar a nadie,

es nada más haberme levantado pensando en eso, lo invariable de las cosas, algo más universal ¿se entiende?

si digo: algún día va a pasar, quiere decir que no pienso hacer nada al respecto,

que me declaro incompetente para detener lo inexorable.

lunes, diciembre 19

si tuviera un blog, un día seguro me aburriría y lo dejaría.
no digo que sea hoy, pero estoy segura: va a ser.

miércoles, diciembre 14


krsna + rhada

martes, diciembre 13

El mismo reloj que puede ser muy apropiado para consultar la hora durante el Grand Prix de Mónaco resulta por lo menos ofensivo en la muñeca de una mujer que cruza Leandro N. Alem, a tres cuadras de Retiro.

La señora de la casa me entrega las sobras de su fiesta de anoche, una caja de bombones que no llegó a abrir de tanto que comieron y me dice: el día que vayas a renunciar no me avises. No podría aunque quisiera y se lo digo. (Böll relata una muy ilustrativa situación a este respecto. Dice que con menos de quinientos o más de tres mil se vive sin desear más, pero "entre quinientos y tres mil todo es miseria". Yo estoy en esa franja.)

Después, cuatro cuadras por Florida. En la primera esquina un chico vestido de Papá Noel me da un volante. Lleva un enterito de jersey amarillo, un gorro y una barba blanca, pero parece que el presupuesto para disfraces era acotado este año porque luce unas zapatillas que evidentemente le pertenecen y no son parte del vestuario, de un color gastado entre marrón y gris. En el volante hay otro Papá Noel vestido de amarillo. Parece un jubilado que algunos días llega a hacer las tres comidas diarias. El volante explica lo curioso del color de la vestimenta "para nosotros rojo es deuda", dice de un lado y del otro insta a los peatones a pagar en término la cuota de rentas de la Provincia de Buenos Aires. O los que están en rojo son ellos o necesitan un asesor de imagen.

En la segunda esquina dos chicas de Ramos Mejía o a lo sumo de Almagro promocionan un perfume vestidas como la modelo del afiche (del perfume que promocionan, se entiende). Con sombrero y tacos y excesivo maquillaje. Como si yo me disfrazara de Liv Tayler o Juliette Binoche. Y ni siquiera parecen tan necesitadas de trabajar de lo que sea, como los papás noeles. Me dan otro volante cuando paso cerca de ellas.

En la tercera cuadra los que promocionan hoteles y prostíbulos evitan a las mujeres y apuntan especialmente a turistas y hombres de traje.

Y antes de llegar a Córdoba una serie de carteles con fotos de chicos y jóvenes y cartas y una bandera que dice Cromañón. No voy a mirar, no voy a mirar, no voy a mirar, no voy a mirar. Miro. Chicos que casi siempre sonríen con cara de viaje de egresados. Si a mí no me pasó nada, quisiera saber por qué me duele todo el cuerpo cuando miro. Recibo el último volante de la saga. Dice: La peor masacre POR CAUSAS EVITABLES.

Antes de subir al colectivo me doy cuenta, no es que no lo supiera pero vuelvo a verlo. La negligencia es la manifestación más diabólica de la inercia y su peligrosidad reside en que sólo llegamos a percibirla cuando es, siempre, tarde. El Diablo viste con mucho más glamour en los buenos libros que en la calle.

lunes, diciembre 12

De camino abajo me agarro de la baranda, imagino la vejez como ir por una escalera resbalosa y blanca con zapatos de suela.

Una feria de libros usados pervierte la noción capitalista de costo beneficio en relación al valor en dinero de los objetos y por eso es todavía mejor.

La semana pasada o la anterior dije que en la villa había olor, por lo menos en la que yo iba. Que admitir el olor no es contrario a la sensibilidad social. Las chicas de la fiesta me miraron como si me hubiera declarado feliz asesina de niños. Los demás ni siquiera prestaron atención. Para mi redención escribió Russell: Sobre la virtud superior de los oprimidos.

De las frases de la semana me quedo con Flaubert, "no hay que tocar ídolos, su dorado se nos queda en las manos".

miércoles, diciembre 7

Se escuchó frente a un puesto de Once donde se vendían prendedores

—¿tenés uno de Chávez?
—no
—¿y de Bin Laden?
—no, tampoco...
—bueno, entonces dame uno del Che

martes, diciembre 6




El Diable posseeix la màgia negra i els instints i els vicis humans: la sexualitat, la luxúria, l'enveja, la gola, l'avarícia, la mandra... És un ésser molt actiu que aconsegueix el millor i el pitjor, amb una gran personalitat orientada al materialisme que usa per a sotmetre als altres.

Indica passió, desig, poder sobre els altres, espiritualitat materialitzada, lligams materials, activitat humana o triomf terrenal aparent. És el vincle terrenal i materialista viciat.

En síntesi: passió sexual, sacietat de plaers, gran activitat, èxit material, triomfs aparents, fracassos, contratemps, fatalitats, traumes, intrigues, perill imminent, egoisme, enganys, falta d'escrúpols, esclavitud, influència sobre els altres, falta de principis, separació, divorci, aïllament, males intencions, tendència maligna, inclinació al mal, malevolència, malentesos, desordre, xoc, renyines, violència, autocàstig, autodestrucció, perills psíquics i físics, trastorns psíquics, comunicació espiritual, avanç espiritual, influència astral, poders psíquics, poder ocult, màgia negra, experiències sobrenaturals, debilitat física i mental, malalties hereditàries, accidents immediats.

Cansancio y trabajo por delante pero el cuento del Diablo de Harte se me quedó como pegado, como una canción involuntaria persistente de la radio o de cualquier parte.

El Diablo aterriza sobre el techo de la iglesia, saca su caña y deja bajar el anzuelo hasta la marea humana que avanza por la calle. Todos pasan cerca pero no tocan el cebo. "El puritanismo debe estar muy extendido", piensa él. Pasa el tiempo y nadie pica pero el Diablo es paciente. Algunos hasta mordisquean el cebo pero no tragan el anzuelo.

Y cuando por fin saca un corredor de comercio muy gordo y boqueante, vuelve a guardar la mosca en la caja, el tipo gime y se queja, dice que no lamenta haber caído, sino que haya sido por tan poco. ?A todos les pasa lo mismo?, contesta el Diablo. El corredor le ofrece al Diablo un trato singular. Modernizará su método, será su socio. Si logra superar su técnica obtendrá la libertad. Y el Diablo tendrá para sí el botín. Aceptan apretándose las manos. Mefisto baja a la avenida y se pierde entre la gente, le deja al corredor la línea y los cebos. El viajante saca a una docena de personas en media hora.

(Si no quieren saber cómo se arruina una historia perfecta con un final moralizante, salteen la siguiente oración. El corredor pesca al Diablo, fin.)


El verdadero final era: El corredor saca a casi todos en la ciudad, empezando por sus amigos y sólo se salvan algunos niños. Luego sigue su camino hacia la población más cercana. El Diablo sabe que su labor está cumplida y comienza una vida licenciosa, despreocupado de toda prisa u obligación y nunca vuelve.

sábado, diciembre 3


stigma diaboli (trouille, 1960)

viernes, diciembre 2

antes de terminar la última botella
se acerca el chico de las flores
—dos cincuenta, dos pesos, hasta uno cincuenta te las dejo
—en serio, no quiero, —insisto pero busco
hasta encontrar por fin una moneda
plateada y dorada que estaba
a punto de perderse entre las hojas.

Él
deja las flores sobre la mesa
—no, dejá. En serio, no hace falta
—cada uno regala lo que tiene.

Después
camino las cuadras de regreso a casa
apretando el papel celofán que las rodea
nadie me habla
me cuidan las flores, son mi escudo
dos rosas rojas y una blanca.

jueves, diciembre 1

No voy a venir a hacerme la huérfana.

Más de una vez aquí exalté la figura de Padre
y no es que me arrepienta
pero pasados tres años de su ausencia puedo empezar a recordar también
que alguna vez
me rechazó.

Dijo no me gusta lo que hacés.
Y yo, perdón,
no soy ni voy a ser la que querías.
No importa ahora lo que yo esperaba,
me dijo,
importa que no te desperdicies.

Y me dejó pensando
tengo dos o tres preguntas todavía
pero la muerte no habla
(no tiene contestador automático ni nada)