He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

jueves, julio 28


miss atomic bomb

A la mañana el primero se complica, picando sobre el escritorio un movimiento apenas torpe y la mitad se cae al piso, junto lo que puedo con los dedos y como no voy a llevármelo a la boca en plaza san martín encaro córdoba y nueve de julio.

Me siento en un banco identificado como un lugar seguro hasta ver que detrás de una persona que había sido visualmente corroborada como inofensiva asoma una pequeña pero inconfundible gorra azul del que está parado detrás de él.

Llego caminando al Rouge, una hora tarde y tranquila porque ayer el jefe dijo mañana no vengo . En el camino pensaba que quizá ya esté en esa edad en que las chicas comienzan a aceptar que son mujeres y debieran comenzar a maquillarse las ojeras. Llego con la cara toda rota y el jefe está ahí, Dios, no se puede jugar con las ilusiones de una criatura de ese modo. Además, el hambre. Me entretiene un café con leche y dos mediaslunas pero una hora después el dolor de cabeza reclama ingesta sólida tan pronto sea posible.

Cruzo a la parri, el vaso de vino cuesta un peso y el de soda cincuenta centavos, tomo vino con soda. Cuando está el dueño me cobra cincuenta y cuando está el hijo, un peso.

Vuelvo y en el piso de arriba vemos un videito de los que se mandan los amigos.
Ante las descomunales proporciones observadas se escucha a la tribuna comentar

—Te la mete y te parte el hígado
—Y cuando acaba quedás repitiendo

Antes de salir a fumar de nuevo escucho por tercera vez una preciosa versión de Just cant get enough