He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

lunes, abril 17

Tres veces el ángel de la muerte quiso llevarse a Abraham y él pudo evadirse con distintos ardides. Finalmente, el ángel ocultó su ferocidad y pestilencia y, revestido de juventud y gloria, se presentó ante él.

Abraham, que no en vano había llegado a los ciento setenta y cinco años, sospechó inmediatamente del joven que había ido a visitarlo y le dijo: "devela ante mí tu verdadera forma".

Esa fórmula mágica aparece en mis sueños: ser capaz de reclamar a los seres y las cosas su verdad con una sola frase, para después suplicar, como Abraham lo hizo, en nombre de Dios, que vuelvan a vestir su elegante y dorado disfraz.