He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

viernes, abril 21

Arriba: una roca enorme.
El agua oscura y profunda,
abajo.

Arena y piedras pequeñas
salen a la superficie cada vez
que alguien salta
desde la roca

Una tarde una mujer está ahí.
El agua,
inmóvil
cuatro o cinco metros abajo
espera el golpe de su cuerpo.

Ella se acerca al borde.

Se acerca una y otra vez.
Trata de verse cayendo
pero no está ahí.

Se acerca, mira abajo, retrocede.
Se acerca, mira de nuevo, retrocede.
Se acerca, se queda esta vez más tiempo
quiere que sea la última
pero retrocede y vuelve a mirar.

La puesta del sol pasa y ella
no salta.

Por fin
en el umbral de la noche
se aleja.
Se escuchan insectos y peces.
(Ella cree que no conocen el miedo.)