tres en veinte minutos

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—no te cuelgues así de mi cuello que después me duele la espalda
—pero me guuuuusta
—¿cómo te puede gustar algo que a mí me hace daño?
—admitilo, a vos también te gusta
—ok, lo admito pero basta


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—ma, ¿sabías que los bebés pueden flotar?
—no sé si flotar pero los bebés cuando son muy chiquitos pueden nadar porque vienen del agua de la panza
—no, yo digo flotar en el aire
—¿¡en el aire!?
—sí, porque ¿viste esos que meditan y no piensan en nada y flotan?
—sí
—bueno, los bebés no piensan en nada, pueden flotar


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—para saber si sos buen terapeuta tenés que contestar a esta pregunta: ¿por qué si Yon tiene un caramelo y Píter tiene otro caramelo, no se comen cada uno su caramelo y se callan la boca?
—mmmm, no sé
—no sos buena terapeuta