He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

domingo, octubre 30

Colecciono endecasílabos para sonetos que jamás podría escribir.

(A continuación los capturados hasta ahora, anotados en orden de aparición y sin censura previa, después de un desprendimiento de masa encefálica sin precedentes, en compañía de Ya-sabemos-quién.)

***

Los demonios le trepan por las piernas

confundidos y exhaustos de buscarse

un ciego temor abraza el cielo

los conejos no saben a qué saben

unas luces se prenden de su boca

hay cerezas y hay cassis y hay pescado

una mujer que no pone bien la mesa

con su propio veneno se atraganta

vuelan los tigres sobre techos rotos

cerrada por dentro estaba ella

la luna, cuando la visitamos

y van las ratas sobre vigas rectas

no pierden su camino los que saben

del sueño del hambre y de la muerte

no es nada, corazón, la hiena llora

el blanco de tu ropa va a ensuciarse

tu cuerpo luminoso pide oscuro

dos estrellas se ríen de nosotros

cayendo en la ascensión está el pigmento

las cruces casi siempre son pesadas

tu lágrima inaudita me abochorna

ya el fuego de tu agua se enarena

y no se arregla una camisa rota

cartago refucila en el mendigo

hay un decir que se canta y que no es nada

revelas en tu andar la cercanía

olvido mi pezón entre tus libros

escribes la D que te describe

vas por el viento como quien ha huído

y otorgas al beodo su desvío

y un ángel caído es todo lo que queda

revivís en mi muerte inesperada

el trigo crece como cada día

repican las sandalias de la aurora

los soldados descansan en el suelo

no pueden volver donde han estado

tu pelo ensimismado se agiganta

recorriendo miradas fugitivas

tan triste como un ciego al mediodía

cercenas el olvido que te guardo

con buscar una flor no es suficiente

¿podemos una más, será posible?