Colecciono endecasílabos para sonetos que jamás podría escribir.
(A continuación los capturados hasta ahora, anotados en orden de aparición y sin censura previa, después de un desprendimiento de masa encefálica sin precedentes, en compañía de Ya-sabemos-quién.)
***
Los demonios le trepan por las piernas
confundidos y exhaustos de buscarse
un ciego temor abraza el cielo
los conejos no saben a qué saben
unas luces se prenden de su boca
hay cerezas y hay cassis y hay pescado
una mujer que no pone bien la mesa
con su propio veneno se atraganta
vuelan los tigres sobre techos rotos
cerrada por dentro estaba ella
la luna, cuando la visitamos
y van las ratas sobre vigas rectas
no pierden su camino los que saben
del sueño del hambre y de la muerte
no es nada, corazón, la hiena llora
el blanco de tu ropa va a ensuciarse
tu cuerpo luminoso pide oscuro
dos estrellas se ríen de nosotros
cayendo en la ascensión está el pigmento
las cruces casi siempre son pesadas
tu lágrima inaudita me abochorna
ya el fuego de tu agua se enarena
y no se arregla una camisa rota
cartago refucila en el mendigo
hay un decir que se canta y que no es nada
revelas en tu andar la cercanía
olvido mi pezón entre tus libros
escribes la D que te describe
vas por el viento como quien ha huído
y otorgas al beodo su desvío
y un ángel caído es todo lo que queda
revivís en mi muerte inesperada
el trigo crece como cada día
repican las sandalias de la aurora
los soldados descansan en el suelo
no pueden volver donde han estado
tu pelo ensimismado se agiganta
recorriendo miradas fugitivas
tan triste como un ciego al mediodía
cercenas el olvido que te guardo
con buscar una flor no es suficiente
¿podemos una más, será posible?
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