He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

domingo, junio 5

*
Los sucesos del fin de semana.

Paseando entre la gente
dando vueltas adentro
de una bolsa negra de plástico.

Respiramos, nos empujamos, nos olemos
me huelen bien,
me dicen: No corras,
tarde ya llegaste.

Respiramos, nos empujamos, nos olemos
nos tocamos cada uno entre las piernas,
entre las piernas de los otros
nos frotamos todos juntos y reímos.
Gustamos de no saber a quién tocamos.

Paramos, nos miramos a los ojos
No queremos reconocernos y bailamos.

lo más perturbador, lo más infrecuente:
abrazar otro cuerpo en silencio

**
Después, la televisión sigue encendida:
programas para tratar disfunciones mentales y sexuales
con sencillas operaciones de cirugía plástica.

Te dicen que la fiesta sos vos y te mandan a seguridad,
a que te saquen por la puerta del fondo.

En el canal de entretenimiento de trasnoche
Un hombre y una mujer compiten
a ver quien come más en menos tiempo.
al final ella sostiene el premio y explica
—es sólo una cuestión de la mente.

***
Cada cigarrillo consume diez minutos de mi vida
cada sueño que cuento me priva del alivio del olvido:
te veía caminando entre la gente
y no me hablabas
eso era todo, y suficiente.

Desde ese día voy
descanso
y ando sobre mis piernas que tiemblan
como si acabara de tener un tremendo accidente

Como un golpe en una parte de mi cuerpo
que quedara fuera de mi cuerpo

La mera imposibilidad de escapar
por no haber a dónde ir.
Ser el hombre que sale en cuadro pero fuera de foco:
un error.

Y al mismo tiempo,
una pretensión inherente, infinita, insatisfactoria por definición:
escribir cartas queriendo extender el infierno del insomnio
sobre una hoja,
decir algo que no sea serio ni gracioso
decir: volverse loco debe ser haber entendido todo de golpe y ya nunca poder explicarlo.

Caminar en la oscuridad entre los muebles de una casa ajena,
descalza sobre el suelo frío.