Siempre hay tiempo para un booper de medianoche.
El niño de casi siete años contempla su pilín siendo afectado por la fuerza de gravedad, dice
—ma, mi pito se murió, necesita respiración boca a boca.
acostado trata de dársela él mismo
le digo
—nadie llega —, para ahorrarle tiempo.
igual desconfía, pero al final desiste
lo que es así es así ¿no?
<< Home