He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

viernes, abril 8


Lagerkvist, en El ascensor que descendió al infierno

... Allí se encontraron con el Gran Diablo, que se estaba paseando.
—¡Cómo, ya se van! —les dijo—. ¡Espero que hayan pasado un momento muy feliz!
—Ha sido terrible —dijo la señora.
—Oh, no, no diga eso, no hay que tomarlo así. ¡Tendría que haber visto cómo era antes! Era muy distinto. Ahora no hay de qué quejarse en el Infierno. Hemos tomado las medidas necesarias para que todas las cosas parezcan completamente naturales. De lo contrario, uno se sentiría demasiado feliz aquí.
—Sí —manifestó el señor Jonsson—, hay que reconocer que ahora se ha humanizado un poco.
—Sí —corroboró el Diablo—, esto se ha modernizado. Hemos tenido que cambiarlo por completo. Era imprescindible que nos pusiéramos de acuerdo con el progreso. Ya no tenemos más que las torturas espirituales.
—Gracias a Dios —suspiró la joven dama.
(...)