
que las hay, las hay
Sentada
en el más alto de los tres escalones
de la galería
bajo la sombra de un árbol
de hojas de dos colores
a mi derecha una mesa pequeña
un sifón, un vaso, un encendedor
y sobre el pasto cerca de mí
con el mango apoyado sobre un escalón
como apuntándome
o como habiendo quedado ahí por descuido
una escoba
Ella dice:
Me dejaste cerca porque aterrizaste acá,
y por si tenías que volver a salir...
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