He pedido peras al olmo. Las saboreo. Son deliciosas (IG)

miércoles, marzo 2


la rosa blindada

Ayer me mandaron a dirección.
En serio.

Sucedió que hace dos días vi, en mi centro cultural favorito, un señor de no menos de ochenta años que estaba llenando su factura en el pasillo, de pie, apoyando sus papeles en un marco de una ventana de no más de diez centímetros. Una posición que hubiera sido incómoda para mí, que tengo cincuenta y tres años menos que él.

No quise provocar una pelea, mucho menos un escándalo, mucho pero mucho menos hacer de eso una cuestión institucional. Dije a quienes lo estaba atendiendo que era puro sentido común el hecho de notar que al señor lo tenían que hacer pasar a la oficina. Lo dije primero en términos casi jocosos y me contestaron -en un tono ya no jocoso sino entre despectivo y desafiante- que yo no debía decir eso. A lo que contesté que yo decía lo que me parecía, "a vos que sos un pinche esclavo o al director, es lo mismo".

Aquí podría incluir un párrafo sobre el hombre de ochenta años que había dejado de llenar su factura para decirme amablemente que no me moleste en discutir. Podría hablar de su integridad como persona (que conozco por mí y por mucha gente), de su talento como artista, de su valor como militante, de su invaluable trabajo como editor. Pero no. Tenían que hacerlo pasar, no por prócer sino por el hombre mayor que es. Lo mismo daba si se hubiera tratado del viejito de la fotocopiadora de al lado que venía a cobrar.

Pero parece que en este colegio no sólo no se enseñan modales y buenas costumbres, sino mínimas nociones de humanidad y respeto. Mi compañero se sintió ofendido y me mandaron a dirección. Fue una interpelación más breve de lo que solía durar en la escuela secundaria. Dije que no sentía que hubiera hecho nada malo pero que si "Usted no está de acuerdo puede hacérmelo saber". El Director dijo que en lo personal no le afectaba pero que ahora debía proceder a tranquilizar a la gente de Cuentas y Suministros. Me fui de ahí diciendo que lamentaba que tuviera que ocupar su valioso tiempo en cuestiones tan menores.