
Siempre que me pierdo veo cosas que no esperaba encontrar.
Hoy, por circunstancias que no vale la pena detallar, me encontré a las tres de la tarde, con treinta y tres grados de temperatura, en constitución. Cuando bajaba del subte, en la estación, iba saliendo del tren un frente piquetero. Había mucha pero mucha gente. Tenían cuatro bombos y un redoblante.
Y sonaban mejor y más fuerte que cualquiera de la murgas que se vieron en la calle el último fin de semana.
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