La duquesa Sanseverina recorre sus bosques solitarios, cuando a cierta distancia ve un extraño que se acerca. Como no son pocos sus enemigos políticos, teme que se trate de un asesino a sueldo, enviado ahí por algún príncipe despechado. Quiere dar cuenta a sus criados pero el hombre llega a acercársele antes de que pueda hacerlo. El hombre le dice que es un liberal, condenado a muerte, que se dedica a robar a los viajantes pero que en este caso solamente pretende ver de cerca su perturbadora belleza. Entablan un diálogo, en el que él le menciona sus versos.

Ella pregunta

"—¿Escribe usted?
"—En efecto. Le citaré el título de una de mis obras: ¿Habrá alguna vez cámara y presupuesto?
"—¿Cómo? —exclamó asombrada la duquesa— ¿Entonces es usted Ferrante Palla, considerado como uno de los poetas más grandes del siglo?
"—Famoso tal vez, pero también sumamente desgraciado.
"—¿Y un hombre de su talento necesita robar para vivir?
"—Por eso precisamente es por lo que creo que tengo algún talento."